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La experiencia en el mundo de la moda de Gratacós la convierte en una auténtico referente del sector. Por eso cuando le preguntamos cuales son los principales cambios que observa en la actualidad lo tiene muy claro. Para ella el verdadero punto de inflexión que ha conducido al sector de la moda a lo que conocemos hoy en día como tal, lo resume en una simple palabra: consumismo. “Ese vértigo de ver lo que te pones y que puede acabar haciendo de ti eso que llaman ‘fashion victim’. Y aquí es donde no se puede entrar. Es una vorágine que no lleva a nada, ni a elegancia, ni a glamour, ni a misterio ni a nada de nada”.

También lamenta lo que ha cambiado el binomio de la compradora y la vendedora. “Ya nadie quiere ser dependienta, una profesión verdaderamente abandonada; ahora todas quieren llamarse ‘personal shopper’; si no eres ‘personal shopper’, no eres nada”. Tampoco la compradora es la misma de antes. “Ahora entra ya en la tienda con un verdadero ‘máster’ en moda hecho”, ironiza Casacuberta. “Un ‘máster’ que ha obtenido a base navegar por Internet y verse todas las pasarelas. Esto no quiere decir nada, porque es la prensa, desgraciadamente, la que marca la pasarela. La que presentan es una moda más dócil, más pacífica. La pasarela hace estereotipos de todo. Y vienen con lo que han visto en la web”. “Cuando te acercas a la clienta en la tienda y le preguntas ‘¿le puedo ayudar?’ –o ‘¿te puedo ayudar’, más bien, porque el usted también se ha perdido- ella rápidamente responde que no hace falta, que ya mira ella. Y miran sin ver. Porque el verdadero quid del gusto, de la moda, es cuando encuentras una pieza que te enamora, porque te está bien, te apegas a ella y la haces tuya, la personalizas”.

Entonces ¿cuáles son las claves de una buena compradora de moda según Gloria Gratacós? “Lo primero, sentido común, este no puede faltar nunca. Después seguridad y, finalmente, gracia para expresar lo que se está buscando”.

Cuando encuentras carreras tan labradas y exitosas como la de Izaskun, uno se pregunta cuándo tuvo lugar aquel primer encargo que catapultó todo lo demás. Para la arquitecta, su gran aventura profesional se inició con el proyecto de fin de carrera. “Cuando estaba con el trabajo –año y medio de dedicación- apareció un concurso para la Feria del Libro. Se trataba de  hacer un pequeño pabellón para la UNED. Lo gané, y gracias a él conseguí mi primer encargo. Tuve muchísima suerte, todo se fue encadenando solo, y encontré trabajos que en los primero momentos del estudio fueron muy compatibles con la estabilidad propia del arranque,  de una persona que acaba de empezar y no tiene contactos familiares en el sector”.

Si la creación en su estudio es una ‘pata’ esencial de su actividad, Izaskun no considera menos su otro gran amor profesional, la docencia. “La parte docente es fundamental; es maravilloso compartir todo eso con veinte, treinta o doscientas, porque todo proyecto que se plantea crece y se diversifica”. Y ¿cómo es una jornada normal, un día cualquiera de Izaskun Chinchilla? “Empiezo muy temprano en el estudio, desde las 5 de la mañana, dibujando: me paso el día dibujando, dibujos rápidos. Luego le hago un desayuno sorprendente a mi hijo -que no acepta nada que no sea sorprendente- y le llevo al ‘cole’. En el estudio muchos días trabajamos online, ya que hay dos colaboradores permanentes en Inglaterra y dos en España. No hago estudios de mercado ni me interesan. Hablamos unas tres horas con el cliente para ver realmente qué quiere, y contamos con mucha ayuda de sociólogos”. Izaskun destaca la comunicación, como el pilar irremplazable del buen trabajo en su estudio “En el estudio no hay horarios, pero todo funciona porque todos tienen claro lo que tienen que hacer y compartimos todo lo que hacemos cada día, algo fundamental para organizarnos y para mantener el ‘ego’ bajo control. De este modo la tarea de organización no recae sobre mí, sino sobre la metodología del grupo. Hace mucho que no tengo un fin de semana sin hacer nada, pero aun así este sistema me permite vivir de manera flexible y poder atender mi maternidad”.

Porque, junto a su profesión, lo más importante en la vida de Izaskun son su maternidad y su pareja. Y los amigos, claro. “Tengo muchísimos amigos, de todo tipo, y gracias a ellos soy quien soy. Me rodeo de ellos para los proyectos importantes, aunque reconozco que apenas veo a los que son ajenos a mi ámbito laboral”. A su marido lo conoció en un bar, y aunque afirma que es un “ingeniero estructural maravilloso” la arquitecta nos confiesa que no trabajan juntos. “Nos pelearíamos sin parar. Y eso que es muy difícil que me estrese, soy muy alegre y activa, no suelo caer en el mal humor. Le pido opiniones de vez en cuando e intento que me ayude, pero tiene mucho que compatibilizar. Todo lo que dice él me parecen cosas reales, mientras que lo que digo yo me da la sensación de que fuera aire”. A Izaskun se le ilumina el rostro cuando le toca hablar de su gran amor. “Lope, mi hijo, cumplió 5 años en diciembre, y la experiencia diaria más feliz es estar con él; es cuando sonrío con plenitud. Es un ser luminoso, que jamás tiene rabietas. Dice que quiere ser fabricante de robots –y será lo que quiera ser-; ya hace robots con cosas de casa, como desodorantes o tapones. ¿Arquitecto? Ni siquiera estoy segura de que vaya a existir la carrera en el futuro…”.

El reconocimiento creciente a su labor ha llevado a Izaskun a hacer interesantes planes de futuro. “Me gustaría estabilizar un poco las condiciones de trabajo para un grupo más grande. Ahora solo tengo dos o tres fijos, más contrataciones ‘ad hoc’. También me gustaría ser un referente femenino para todos. Aspiro a dirigir, por ejemplo, una universidad”. Y si tocamos el mundo de la moda, ¿cómo sería un bolso diseñado por Izaskun Chinchilla? “Si hiciese un bolso tendría un punto artesanal, porque eso permite que puedas hacerlo tuyo, y da pie a que la gente lo modifique y te dé nuevas ideas para innovarlo. Me encantaría que tuviese un aspecto ecológico , también tendría colores vitalistas e investigaría aspectos funcionales. Me gustaría que tuviese un punto inacabado para que se le pueda personalizar, como la gente que le pone un pañuelo”.

Si hablamos de planes de futuro, Alba afirma su deseo de evolucionar en la música. “Me voy autodefiniendo a mí misma musicalmente aunque me ha llevado muchos años saber que es lo que yo quiero contar cantando y profesionalmente tengo muchas ganas de construir proyectos propios. A lo mejor tiene que ver con la madurez. Cuanto más identitario sea tu proyecto mejor y más completo es para ti”.

También, ese progreso pasa por seguir su grupo ‘Las Migas’, con quienes acaban de sacar disco: “el propósito profesional es montar un directo y lo que viene ahora es gira nacional e internacional. Tenemos 15 conciertos de presentación en España y una gira en Estados Unidos en los próximos meses. Este disco esta lleno de mensajes positivos y hemos querido arriesgarnos y experimentar con nuevos sonidos más cercanos al Pop y la música latina”. De este disco, le ilusiona especialmente un tema que ha dedicado a su abuela, ‘Carmela’, así como ‘Alfonsina y el mar’, “es un tema muy popular, que tiene muchísimas versiones y que yo he cantado mucho, pero no deja de ser uno de mis temas preferidos que re-escucho incansablemente”. En todos los temas del disco puede observarse como Alba se deja llevar por un mismo eje. “Para cantar, lo que más me motiva es el amor y desamor, y esta motivación se traduce en un gran ejercicio de la expresión en el escenario. Considero que es de lo más importante de la música, además de amar y respetar este arte”. Un amor inculcado por sus padres, hecho vida en casa, en familia. “Mis padres me han enseñado a valorar, sentir y respetar el arte. Ellos han sido los elementos fundamentales de mi vida. Se desviven por mi hermana y por mí, desde siempre. Mi madre es muy critica conmigo,  y eso es lo que me encanta de ella. Me han apoyado en todo”.

Artista de los pies a la cabeza, Alba no es insensible al mundo de la moda. “Es algo que además, me entretiene. Me gusta mucho la moda italiana. Algunos de mis dibujos de mis personajes favoritos siguen esta moda y estética. Sin embargo, más que seguir la moda, lo que me importa realmente es que  me siente bien. Cuando sales a un escenario, tienes que “creerte un personaje”. Intento ser yo misma, pero con variaciones. La moda ayuda mucho a esto. Es algo importante, porque al final tu presencia, la estética, es importante en el escenario. Es bueno cuidar la estética en todos los ámbitos de la vida, y se agradece que el mensaje musical vaya acompañado de la imagen. Yo como espectadora lo valoro y lo agradezco ”.